Alejandro Tabilo vivía días de consagración. En Montecarlo, no solo deslumbró con su nivel, sino que logró una victoria histórica al eliminar, una vez más, al número uno del mundo, Novak Djokovic. Sin embargo, el ascenso meteórico del chileno encontró un obstáculo inesperado: una lesión que lo obligará a detener su marcha justo cuando más alto estaba volando.
De Montecarlo al silencio: la lesión que no dio tregua
Tras derrotar a Stan Wawrinka y firmar una de las sorpresas del año ante Djokovic, Tabilo cayó en octavos frente a Grigor Dimitrov, pero dejó una imagen sólida y en alza. Su próximo desafío era el ATP 500 de Múnich, donde ya estaba emparejado con el local Daniel Altmaier. Sin embargo, la noticia de su baja encendió las alarmas. Sin mayores detalles al principio, el tenista decidió aclarar la situación desde su cuenta de Instagram.
“Recién salí de la clínica acá en Chile por dolores de muñeca. El diagnóstico no es bueno, pero podría haber sido peor”, confesó. La causa: un edema óseo en la muñeca izquierda, una lesión que no solo lo deja fuera de Múnich, sino que lo mantendrá alejado del circuito por tiempo indefinido.
Un parón que duele más allá del físico
El revés llega en el punto más alto de la carrera del zurdo, quien había escalado posiciones en el ranking ATP y comenzaba a perfilarse como uno de los nombres revelación de la temporada. Pero el tenis, implacable con sus calendarios, no da tregua. Cada semana fuera es una oportunidad perdida, tanto en puntos como en ritmo competitivo.
Ahora, Tabilo deberá cambiar la raqueta por la paciencia, y concentrarse en una recuperación que —aunque no reviste gravedad— requiere cuidado y tiempo. Su entorno es cauto, y aún no hay fechas claras para el regreso.
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En un deporte donde la regularidad es clave, el desafío ya no está del otro lado de la red: ahora está en volver entero, en el momento justo, para retomar lo que parecía ser el año de su consolidación definitiva.